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ALABARÉ EN TIEMPOS DE ANGUSTIA

  • Lucy Guillen de Chávez
  • 4 ago
  • 2 Min. de lectura

Hace unos meses me llamó una amiga muy angustiada porque recibió un diagnostico medico muy desolador para su vida, platicando con ella me decía que no podía dormir, que estaba tan angustiada y preocupada que lloraba todo el día y no dejaba de pensar en el diagnostico recibido y sus consecuencias fatales.

Cuando no podemos controlar las cosas que nos suceden la ansiedad empieza a inundarnos, los pensamientos nos torturan y la circunstancias nos provocan miedo.

En el libro de Daniel 6:10 (versión RV60) leemos:

“Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes”.

Al leer este versículo de Daniel nos deja claro lo que podemos hacer cuando todo lo que parecía seguro en nuestras vidas se empieza a desmoronar 

No siempre podemos arreglar nuestras circunstancias o cambiar un diagnóstico, pero si podemos poner nuestros ojos en Dios.

Todos atravesamos por nuevas temporadas en nuestras vidas y nos sentimos incompetentes al navegar por aguas nuevas, esto nos hace cuestionarnos quiénes somos y de qué somos capaces. Pero, Pablo en la carta a los colosenses nos recuerda nuestra identidad en Cristo.

Colosenses 3:15-16 (versión RV60)

“Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.  La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales”.  

A la preocupación le gusta tomar como prisionero a nuestro corazón, y también sabemos que el miedo es un mentiroso, pero tenemos a un Dios que todo lo puede, y nosotras podemos determinar la condición de nuestro corazón, eligiendo darle un nuevo enfoque a todo aquello que nos preocupa; nos podemos enfocar en Jesús.

Mateo 11:28-30 (versión RV60)

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.  Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”.  

La paz no llega cuando nuestros problemas desaparecen, sino cuando elegimos enfocar nuestro corazón y mente en Dios; Él es el guardián de nuestra paz. La mente que se mantiene en perfecta paz será capaz de soportar las tormentas de la vida porque confía en el que todo lo puede y tiene el control, en CRISTO JESUS nuestro Dios.

 

Oración: 

Amado Padre, ponemos en Tus benditas manos todas nuestras preocupaciones, miedos, pensamientos intrusivos y ansiedades sabiendo que Tú tienes el control de ellas, y vas a transformarlas en gozo, paz y contentamiento en nuestras vidas, Amén.

 

Por Lucy Guillen de Chávez

 
 
 

1 comentario


Yoyis38 Gómez
Yoyis38 Gómez
10 ago

Amen!!!

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