EL ECO DE UNA FLOR
- nosotrasblg
- 26 ago 2019
- 4 Min. de lectura
¡Qué increíble es ser mujer!
¡Qué tan afortunadas somos de la gracia, de la belleza y de los dones que Dios ha depositado en nuestras vidas! ¡Cuánta belleza, cuánta paz, cuánto amor tenemos para dar!
En estas cosas tenemos que meditar. Hay tanto que quiere venir a robar nuestra fe, a matar nuestros sueños y a destruir nuestro futuro. Sin embargo, hay tanto por lo cual debemos estar agradecidas y tanto porque pelear.
Me encanta escuchar cómo constantemente se compara a una mujer con una flor. Tal como una flor impregna el ambiente con su fragancia, así nosotras nos hacemos notar con una esencia especial. Tal como una flor es delicada y descansa en verdes prados, así nosotras llenamos de paz y ternura el lugar en donde nos encontramos. Tal como una flor se mantiene de pie en medio de la tormenta y sale aún más fortalecida, así nosotras somos fuertes para persistir en medio de valles y desiertos. Tal como una flor representa vida y da fruto en su tiempo, así nosotras fuimos creadas para cargar vidas y ser fructíferas.
Hace tiempo leí una reflexión que hablaba a profundidad del tema. Aunque a primera vista parecía un escrito que se refería a las mujeres en modo de admiración, hubo algo que me llamo la atención. En este escrito se mencionaba que así como una flor necesita de un jardinero para poder crecer, nosotras como mujeres necesitamos a un hombre que nos cuide y nos riegue. Esto en vez de hacerme sentir bien, hizo que se me revolviera el estómago. Entonces, me di cuenta de cómo vivimos en una sociedad que grita a los cuatro vientos esta mentalidad.
Hay tantas mujeres que sienten que necesitan un hombre para poder ser suficientes, un hombre que las ame y las proteja. Un hombre que se encargue de nutrirlas emocional y espiritualmente. Un hombre que les dé un lugar en la sociedad. Incluso dentro de la iglesia, aún hay personas que creen que la mujer fue creada para apoyar, sonreír, adornar y ser la esposa de alguien. Hay una mentalidad que ha cruzado generaciones y proclama que a la mujer sólo le toca acompañar y dejarse amar. Cuando la verdad, como mujeres tenemos tanto que dar y un mensaje tan grande que comunicar.
Es verdad que no es bueno que el hombre este solo, y que Dios creó a la mujer de la costilla de Adán para ser su ayuda idónea. Al igual que, dichoso es aquel que encuentra esposa y que Dios creó el matrimonio para sus propósitos perfectos. Sin embargo, como mujeres, debemos entender que nuestro bienestar principal no está en las manos de un hombre sino en las manos de Cristo Jesús. Debemos saber que el jardinero que cuida de nosotras, es aquel que nos creó, nos formó y nos conoce desde antes de la creación del mundo. Es aquel que cuida de nosotras aún cuando nadie más está cerca. Es aquel que tiene contado cada cabello de nuestra cabeza y guarda cada lágrima que ha sido derramada. Somos invaluables ante los ojos de Dios, nuestro jardinero, nuestro padre.
“Está vestida de fortaleza y dignidad, y se ríe sin temor al futuro. Cuando habla, sus palabras son sabias, y da órdenes con bondad.“
Proverbios 31: 25-26
Es tiempo de que como mujeres comencemos a vivir nuestro llamado sin miedo. A empezar a levantarnos en liderazgo y a pelear por ese sueño tan único que Dios ha puesto dentro de nosotras. A plantarnos en el jardín de su presencia para así florecer en propósito. Es tiempo de levantar la voz, de ser creativas y no quedarnos en la banca observando y sonriendo. Hay tantas mujeres en la Biblia que son parte crucial del plan de la cruz desde el antiguo testamento. Mujeres que pusieron el ejemplo y sin miedo a nada, arriesgaron su propia comodidad para pelear por una causa más grande. Esto no se trata de perder nuestra esencia y delicadeza. Esto no se trata de quitarle su lugar al hombre como cabeza, ni ponernos a su nivel y buscar ser iguales, porque la verdad es que nunca lo seremos. Dios dicta en su palabra que cómo mujeres nos toca estar sujetas a nuestro marido. Esto trae bendición, esta es su voluntad. Por lo tanto, Dios nos ha llenado de gracia y favor para alcanzar, llevar y liderar dentro de la iglesia y fuera de ella. Nos ha llamado a ser valientes y predicar su palabra con fuerza y autenticidad para que el eco de nuestras palabras llegue a lugares que nunca pensamos. Dejemos de escondernos en las sombras de alguien más. Dejemos de esperar que alguien nos venga a encontrar para así poder empezar a vivir el llamado que Dios ya ha depositado en nuestras vidas. Seamos como el eco de una flor, que comunica vida a todo su alrededor.
Oración:
Señor Jesús, gracias por haberme creado con amor y ternura. Gracias por haberme apartado desde antes del mundo. Gracias porque sé que Tú eres todo lo que necesito y al plantarme en tu jardín puedo florecer y dar fruto de lo que Tú has hecho en mi vida. Te pido que enfoques mis ojos en ti como mi única fuente de vida. Ayúdame a vivir mi llamado en libertad. A predicar tu palabra con pasión en el lugar en donde me encuentro y a ejercer liderazgo dentro y fuera de la iglesia sin temor. Dame gracia y favor para reflejar tu corazón.
En el nombre de Jesús, Amén.
XOXO
-Angie
Que bellos privilegio que me regala el Señor de encontrarnos en este tiempo y aprender a no tener temor. Y a fortalecer mi liderazgo Me han nombrado líder en mi iglesia y este blog me ayudará a no quedarme cómoda en mi vida y pelear por la causa Jesucristo nuestro Señor y Salvador.