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Jesús, dirige mi vida

  • Phanie Galvan
  • 10 jun
  • 4 Min. de lectura

¿Te has preguntado alguna vez quién o qué está dirigiendo tu vida? 

Yo lo hice hace algunos años, después de un proceso difícil fue que llegó mi momento de rendición total a Dios. Estaba en un punto donde sabía que nada de lo que hiciera en mis fuerzas iba a funcionar y en ese momento solo le dije a Dios: “Como tú quieras, a donde tú quieras y cuando tú quieras”. A partir de ese momento comencé a VER como Dios obraba a mi favor en todo, aunque ahora que lo pienso, antes de eso Él ya obraba a mi favor en todo, pero mi orgullo no me dejaba verlo; seguía tratando de caminar en mis fuerzas, me aferraba a algo y no estaba dejando que Dios tratara en mí.


Yo quería seguir controlando mi forma de ver las cosas, me di cuenta de que no lo obedecía porque no confiaba en Él realmente, había una “falsa armonía” en mi vida en la que acumulaba frustración, porque las cosas no salían como yo lo quería. Pero, esta vez fue diferente yo ya no quería que mis decisiones fueran tomadas por lo que yo “creía” que era lo mejor para mí y para mi familia, ahora solo quería seguirlo y eso, solo Jesús lo puede hacer.


Dios me buscó, por medio de Jesús me atrajo y me invitó a darle el primer lugar en cada decisión. Jesús dijo: “No se preocupen; confíen en Dios y confíen también en mí” (Juan 14:1 versión PDT) “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se llega al Padre. Si ustedes me conocieran, también conocerían al Padre. Ya lo conocen y lo han visto” (Juan 14:6-7 versión PDT). 


Ahora entiendo que yo NECESITO a Jesús, Él es el camino por el que debo andar, necesito seguir sus pisadas porque son la guía. Jesús es la palabra viva de Dios con la que conectamos, Jesús es la verdad que mi corazón necesita para tomar cualquier decisión diaria y a futuro, por mínima que sea para mí o para cualquier persona cercana a mí. Jesús es la vida que necesito vivir, en plenitud, libre de condenación, libre de ansiedad por lo que habrá de venir o por lo que no puedo controlar, porque en Él encuentro, no visualmente el panorama completo de todo lo que vendrá, pero si la seguridad de que nunca me dejará, siempre me acompañará y que será bueno para mí; seguramente no en las circunstancias que a mí me gustarían, y no en el lugar que me imagine o tal vez sí, pero ya no según lo que yo pienso que es lo mejor, sino confiando solo en los planes perfectos de Dios para mí.


“Les digo la verdad: el que cree en mí también va a hacer las obras que yo hago. Y hará obras más grandes porque yo regreso al Padre.  Todo lo que ustedes pidan en mi nombre, lo haré. Así la grandeza del Padre se mostrará a través del Hijo.  Yo haré lo que pidan en mi nombre” (Juan 14:12-14 versión PDT). 

Al leer esto confirmo, lo que quiera hacer Jesús en mí será lo mejor, sé que, en el momento, tal vez muchas cosas no las entenderé, pero Él si sabe cómo obrarán a mi favor. Los milagros y cosas extraordinarias que Jesús hizo cuando estuvo aquí en la tierra, y que claramente nosotros, al creer en Él, también podemos hacer, son testimonio de la grandeza del Padre a través de Su hijo Jesús mostrándonos Su  amor y cuidado, pero estas obras también están en los pequeños detalles que vivimos en la cotidianidad, a lo que debemos estar atentos, por esto, lo primordial es permanecer conectados con esta revelación de quién es Jesús en nosotros y así disfrutaremos vivir en plenitud como Él quiere.


Lo que vivimos día a día puede parecer tan ordinario para nosotros, pero para Dios es lo más importante, vivir en fe creyendo y confiando que todo es por la gracia de Dios, te permitirá aprender a descansar en Él. Para esto necesitamos al Espíritu Santo, Jesús dijo: “Si me aman, obedecerán mis mandamientos. Le pediré al Padre y les dará otro Consejero para que esté siempre con ustedes: El Consejero es el Espíritu de la verdad. El mundo no lo puede recibir porque no lo ve ni lo conoce. Ustedes lo conocen porque vive con ustedes y estará en ustedes” (Juan 14:15-17 versión PDT). 

¡Así es! Él es el Consejero, el que nos alienta, el que nos mantiene conectados con la verdad que es Jesús, por eso te animo a que cada día pienses en estos versículos porque te ayudarán a recordar el infinito amor de Dios, tu propósito eterno en Él y te ayudarán a tomar decisiones dirigidas por Dios y como resultado sentirás su compañía en cada proceso o etapa de tu vida.


No olvides las palabras de Jesús: “Les dejo la paz. Es mi propia paz la que les doy, pero no se la doy como la da el mundo. No se preocupen ni tengan miedo” (Juan 14:27 versión PDT).


Oración:

Señor Jesús te pido que nos reveles personalmente Tu palabra, que crezca en nosotros un deseo, no solo por seguirte si no por conocerte y conectar contigo todos los días y así vivir cada día hasta la eternidad, necesitadas y enamoradas de Tu presencia en cada paso que demos y dirigidas por Tu Espíritu Santo, ¡amén! 


Con amor,

Phanie Galvan

 
 
 

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